Picsa

Recordar un buen momento es sentirse feliz de nuevo
Gabriela Mistral

Nos encantan las pizzas. Es una de las tentaciones de las que más nos cuesta resistirnos, desde su versión italiana más clásica a las más grasientas de los fast food. Entre todas las opciones posibles, la pizza argentina es una de las menos habituales, al menos aquí en Madrid, y sin embargo está tan rica (o mucho más) que las otras.

Y como pizzeros empedernidos que somos, no nos quedaba más remedio que ir a una de las pizzerías más de moda en Madrid. Picsa está tratando de popularizar las pizzas argentinas, y lo está haciendo muuuuuuy bien. Y no es de extrañar, cuando se trata de otra apuesta de los exitosos creadores del grupo Sudestada, de los que nos declaramos fans.

Una de las ventajas o inconvenientes, según se mire, de Picsa es que no admiten reservas, así que puedes ir cualquier día sin planificarlo, pero más vale que estés atento porque lo más seguro es que se llene. De todas formas, están abiertos ininterrumpidamente desde mediodía hasta por la noche, así que siempre puedes ir a merendar una porción de la pizza del día. También existe la opción de llevártelas a casa e incluso tienen reparto a domicilio si vives cerca.

El local no es muy grande, tiene una zona de mesas, quizá demasiado juntas, y una barra en la que también puedes comer. Se trata de un local aparentemente industrial, con azulejo blanco y sin decoración, pero según entras te da la impresión de que allí se hace buena comida. Cuando fuimos tuvimos suerte y pudimos sentarnos en mesa.

La carta se puede resumir en entrantes, embutidos y pizzas. Los entrantes, dicho por ellos mismos, son la versión porteña de aperitivos mediterráneos. Muchas verduras, encurtidos, escabeches… Nosotros probamos el escabeche de berenjenas, que estaba para mojar pan (que por supuesto acompañaba al plato). Además de los entrantes, cuentan con una selección de embutidos muy amplia, muchos de ellos hechos allí mismo, destacando su paté casero de pato, cerdo y boletus.

Escabeche de Berenjenas
Entremos en harina, las pizzas. Están clasificadas en dos grupos: old school, pizzas con ingredientes más clásicos (calabresa, napolitana, jamón y queso…), y new school, con ingredientes mucho más arriesgados. Ahora bien, pidas la que pidas, te vas a encontrar con una masa perfecta, esponjosa y crujiente, y con un queso tan bueno que dan ganas de llorar. Además, muchas especias y aceites aromatizados completan la pizza para conseguir un sabor increíble.

Hay un único tamaño, recomendado para dos personas. Cuando la ves no parece muy grande, pero a nosotros nos costó acabar con ella. Como sólo éramos dos, estábamos muy indecisos y algo desilusionados por sólo poder probar una variedad. Pero, ¡oh, sorpresa!, puedes pedir dos variedades por pizza. Al final nos decantamos por dos de las new school, una de pato, higos y queso raclette (sin palabras) y otra de chorizo criollo, grelos y queso grana padano, que también estaba buenísima.

Pizza chorizo criollo y grelos y Pizza pato e higos
En total salimos a poco más de 20€ por persona, sumando el entrante, la pizza y unos refrescos, ya que no nos quedaron fuerzas para pedir postre.

Nuestra recomendación es que vayáis con amigos, para poder probar más pizzas. Pero tened en cuenta que el local no es muy grande y para grupos de más de seis personas puede ser complicado encontrar mesa. A nosotros no nos va a quedar más remedio que volver para seguir recorriendo la carta :)

Nuestra BIGOTACIÓN:
Ambiente:
Servicio:
Cocina:
Calidad/Precio:

Lo MEJOR: La originalidad y sabor de las pizzas. La masa y el queso. Pizzas en mitades.
        
Lo PEOR: Las mesas están muy juntas. No cabe mucha gente.



Picsa
 
Dirección: Calle Ponzano, 76. Madrid
Teléfono: 91 534 10 09
Web: http://www.casapicsa.com
Precio: entre 20 y 30 euros por persona


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